Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2022

Basura

    Cerca del Mercado Central un cuerpo era reconocido por agentes de la Cruz Verde.   Apenas y había salido el sol, la multitud de agolpaba en una masa pegajosa de un lado a otro. Mujeres con los comprados   colgando del brazo. Motociclistas intrépidos compitiendo con carros intempestivos, humo, rostros de jóvenes somnolientos y   la vida fluyendo como todos los días, también   la muerte.   Un hombre semidesnudo que gritaba vituperios a los transeúntes revisaba la basura   a un costado de la macabra escena del cuerpo cubierto por una sábana.   “Vaya quítate de aquí, loco pendejo” dijo un hombre que pasaba con su bolsón minúsculo sobre la espalda.   Como   cerca estaba la parada de autobús de la ruta cinco, muchos hombres jóvenes esperaban que llegara un automotor vacío o al menos un poco vacío.   Antes que ningún automotor apareciera, dos carros patrullas y un camión   uniformados llegaban al lugar.   El loco que buscaba entre la basura   enfocó sus vituperios contra los u

Los perros

    Eran las diez de la mañana cuando Carolina arregló su huacal con maíz para ir a moler. Hacía un calor tremendo, decía una vecina que la vio despertarse muy temprano y sudar sobre aquel maíz. Carolina tomó un   dólar y algunas monedas de a cinco centavos para pagar al molinero. Ese día particularmente se sentía contenta pues por la tarde le llevarían una Biblia Reina Valera que había encargado. Ella había aceptado a Cristo en su corazón y había dejado de habitar este mundo, al menos eso creía.   A las diez y cinco minutos en la calle polvorienta, Carolina dejaba las huellas de sus sandalias y sus pies se cubrían de fino polvo.   No encontró a ninguna persona durante los primeros metros   de su trayecto. Cerca del Molino, un borracho se tambaleaba sobre una pierna    mientras intentaba acercarse a ella para abrazarla. Carolina caminó más rápido y entró al Molino. Molió el maíz. Pagó ochenta centavos al molinero.   "Qué Dios la bendiga Niña Caro"-dijo el hombre del m