Ir al contenido principal

Una reflexión sobre el feminicidio



Nunca más
Naturalizar la violencia. Creerse un clásico humorista insinuando que las instituciones son mujeres a las que se les baja la ropa interior y son abusadas, creer que hay motivos válidos para matar a una mujer, juzgar a partir de la utilidad o no de los cuerpos. Fragmentos de una sociedad  que se autodestruye  y carga sus dados contra lo casual y no contra lo que da origen a los hechos.  Obvia su responsabilidad en Educación sexual, su responsabilidad en la protección de la niñez, su responsabilidad en la prevención del acoso, de la educación en derechos y el cumplimiento de todas las garantías para una vida libre de violencia. A mediados de 2017 la policía registraba un total de 369 feminicidios,  en 2016 se cerraba con el registro de 524 feminicidios según medicina legal y hasta julio 11 del 2018 se registran 224 .  Cada 15 horas  una mujer es asesinada  en El Salvador. Nos hemos escandalizado en muchas ocasiones por casos sonados en el pasado como fue el de la niña Katya Miranda. Lo traigo a cuenta porque en nuestro país, la muerte de las mujeres es un mensaje del poder, del crimen, del odio y de la precaria formación de cada persona en torno al respeto a la vida. Los cuerpos de las mujeres se toman, se golpean y se mutilan para establecer miedo, terror y una forma de sojuzgar los esfuerzos de las instituciones por construir otra sociedad. De 1999 que ocurrió el asesinato de Katya a 2018 han pasado 19 años, se incrementa el número de víctimas mujeres y niñas vulneradas. La sociedad sigue una ruta evolutiva de violencia e impunidad. Presidentes han desfilado siendo juzgados por corrupción.  Me ha llamado terriblemente atender  que las mujeres vinculadas a los mismos hayan sido tratadas por la opinión pública con el menoscabo de sus dignidades, con el odio de clase o xenofobia, o bien con la moral patriarcal de sus conductas sexuales y otros. Excepto el caso de la ex primera dama Lourdes de Flores, quien no fue atropellada por la opinión o las redes como se ha hecho con las otras esposas y compañeras de exmandatario. Muy bueno por su persona, pero en los otros casos, todos los aparatos difamatorios y de vulneración de la dignidad de las mujeres se pusieron a disposición. Igual que ha ocurrido con otras figuras públicas como  algunas diputadas actuales y otras que ya no lo son. La forma de concebir la función de las mujeres en la sociedad está marcada por el lastre de un pensamiento y práctica patriarcal muy peligrosa, compartida visceralmente por hombres de distintas clases sociales  y sin distinción de profesiones. En una de las notas sobre Feminicidios del año pasado, Howard Cotto asegura que las pandillas son las que más vulneran a las mujeres, lo cual, creo con cautela, que no es del todo cierto. En el seno mismo de la policía se ha demostrado que no se respeta a las mujeres. Caso ejemplar de ello es el de Carla Ayala, y en el pasado  la persecución al trabajo de Zaida Navas.
Es bochornoso creer que la violencia hacia las mujeres está localizada en las pandillas, si bien ellos operan sin distinción de género y tienen prácticas ya conocidas por las instituciones,  no se puede decir que de esos grupos proviene la violencia de género. Ellos son miserables y ya lo sabemos, pero generalizar es irresponsable, es ser ignorante de cómo operan las relaciones simbólicas y afectivas. Así mismo, es irresponsable porque si ya lo saben aún no se hacen esfuerzos suficientes para proteger a los niños y niñas, quiénes son los que más sufren su acoso.
Yo hablaré acá de los hombres que justifican la violencia, que la naturalizan, que la practican en sus distintas formas y son potenciales homicidas. Hablaré de la mentalidad de las mujeres que secundan la barbarie. Hace muchos años, cuando murió mi padre decidí que nunca permitiría que nadie me hiciera sentir miedo, creía haber perdido todo con él , pues fue un hombre ejemplar, maestro de obras, con sexto grado de escolaridad, muy crítico y muy sólido en su manera de ejercer la libertad y de ayudarme a ser lo que ahora soy.  Los hombres que he conocido, en su mayoría  han sido muy genuinos. Claro, en todo mi camino ha habido de todo tipo en relación a cómo he visto me tratan frente a mi derecho a decidir. Desde pequeña aprendí a defenderme en los callejones de una colonia donde decirte que te iban a violar era algo tan natural como comprar una coca cola. Defenderme verbal y físicamente de sujetos seudo-evangélicos que una noche no me dejaban caminar. Defenderme de hombres en la calle. Defenderme de maestros universitarios abusivos que no entienden que  no es no. De maestros de teatro, de poetas y otros. De mujeres que te juzgan cuando ejerces tu libertad. Del ministerio de salud que cree que nos deben tratar como si pagáramos algo, no sé. De la familia que a veces te ve como una vaca que debe ser productiva, reproductiva. De mí misma, juzgando la diversidad. Hablo de todas esos escenarios, andamios sólidos que intentamos dinamitar pero aún persisten.
Vemos en este año el asesinato de muchas mujeres, profesionales, no profesionales, por sus compañeros, novios,  o lo que sean esos hombres que intentan poseer a una mujer. Ni las mujeres somos algo para poseer, ni los hombres. Los celos, las pasiones mal sanas que nos promueve una educación poco integral y sin el apoyo de una familia que fomente el respeto a la vida. Todo es una transacción comercial y su contrario es la multa, el castigo, la muerte.
En esta sociedad la libertad asusta, la responsabilidad es un defecto, la honorabilidad siendo sincero o consecuente no existe. En ambientes de profesionales y burgueses muchas veces, escuchamos aún como la práctica abusiva de acosar, o de conquistar como suelen llamarle es algo tan propio de ellos. Fatal. Es tan corta su virilidad, tan estrecha su humanidad que creo nacieron cargando la peste de lo peor de la sociedad hispanoamericana. No sé qué somos, porque tampoco me concibo alejada de los hombres. Les admiro cuando son parte de la batalla por una sociedad distinta, cuando son consecuentes con la igualdad y cuando son dignos de luchar por el amor y no por el odio y su” virilidad”(No hablo del amor heterosexual, del amor de pareja ciega, sino del amor a la vida, de la consciencia, eso que no es parte de un macho lomo plateado salvadoreño cuyo objeto es demostrar que es hombre). El amor es amplio, se transforma. He visto exparejas que cuidan de los hijos de otra persona. Conocí en la Chacra a  “El Chompipe”. Un hombre generoso, amable y hermoso que tenía como defecto haber sido ladrón de autobuses. Pasó en la cárcel 7 años. Cuando salió se acompañó con Reina. Ella ya tenía un hijo. Luego nació un hijo de ambos. Después 4 hijos más que no eran de él. Cuando ella se iba de parranda él los cuidaba. Iba a la Tiendona  y traía frutas, pescado; y muchas cosas pues trabajaba como cargador. Sacaba las vacas que en invierno caían al río. Las curaba, las cuidaba y luego las vendía. Conejos, gavilanes, garrobos, hasta un caballo vi una vez en el patiecito de su casa. Hombre ejemplar. Hace unos años lo mataron cerca de la terminal de oriente. Sé que a pesar de su vicio por el alcohol, sus recaídas, sus hijos lo recordarán con cariño. Jamás supe que él fuera violento.
Creo que la falacia de “No señora, el hombre es perro por naturaleza”, es eso, una canallada. Los perros son más dignos. No matan a sus semejantes.
La lucha por construir una sociedad donde  no nos matemos unos a otros pasa por la Educación. Por la ética de las instituciones y por regular los entes formativos que promueven aún la idea de que las mujeres aun dependemos de estructuras patriarcales. Nunca más. Nosotras no les dejaremos jugar con sus chistes sobre su poder, su abuso  o su odio. Nunca más.

Entradas populares de este blog

Los perros

    Eran las diez de la mañana cuando Carolina arregló su huacal con maíz para ir a moler. Hacía un calor tremendo, decía una vecina que la vio despertarse muy temprano y sudar sobre aquel maíz. Carolina tomó un   dólar y algunas monedas de a cinco centavos para pagar al molinero. Ese día particularmente se sentía contenta pues por la tarde le llevarían una Biblia Reina Valera que había encargado. Ella había aceptado a Cristo en su corazón y había dejado de habitar este mundo, al menos eso creía.   A las diez y cinco minutos en la calle polvorienta, Carolina dejaba las huellas de sus sandalias y sus pies se cubrían de fino polvo.   No encontró a ninguna persona durante los primeros metros   de su trayecto. Cerca del Molino, un borracho se tambaleaba sobre una pierna    mientras intentaba acercarse a ella para abrazarla. Carolina caminó más rápido y entró al Molino. Molió el maíz. Pagó ochenta centavos al molinero.   "Qué Dios la bendiga Niña Caro"-dijo el hombre del m

Mar

 Tus amigos psiquiatras conocen a casi todos los artistas locos que vos amás porque te encanta la locura. Intentaron poner fin a sus pesadillas o a sus vicios pero fue vano esfuerzo. Una terrible tormenta  los hace gritar hacia dentro de sí y romper con tijeras la mantita fina de la cordura o ese juego a tener esperanzas.  Amás la tristeza, y no querés curarte. Hoy no. Porque sanar no es lo tuyo, dejá eso para los que soportan el llanto de los demás y lloran y se abrazan y se dicen que todo pasará. Es que no pasará. El frío de la noche es una eternidad en mis grietas. La ventana abierta es un salto al infinito que tiene fantasmas durmiendo y soñando a ser hombres o mujeres que caminan en una línea marcada por un capataz que vive en una casa de hojalata en una galaxia vecina. El frío de mi propia demencia es demasiado azul y a veces creo es el mar. 

Grillos y alacranes

Los alacranes  eran especialistas en literatura clásica y moderna.  Se habían formado en la  universidad extranjera. Ellos sabían mucho acerca de  las formas y géneros de vanguardia  literaria. Alacranes jóvenes e inexpertos se inscriben en los cursos.  Leían a Baudelaire y Rimbaud  para ponerse a tono  con la formación  de eruditos  iniciados. Los alacranes  expertos no habían leído a estos dos franceses y acusaban a los jóvenes de  alienación por dos  decadentistas infortunados.  Para ellos  la literatura se estudiaba desde los clásicos.  Se hablaba de la  contemplación homérica, de la catarsis y la expiación de los trágicos griegos. De la maravillosa gesta del Cid. La piedad y la valentía  eran los temas predilectos.  Los alacranes amaban la historia de la literatura  de las serpientes. Para ellos el origen estaba en ese reptil.  La colonización de serpientes era algo muy beneficioso. Par los alacranes  la vida  moderna debía a  ellas la civilización.  Los alacranes no permitían que